Según la leyenda, los Moroi nacieron de la diablerie de un bebé vampiro por parte de un Nosferatu y un Gangrel, aunque se dudaba de que tal cosa fuera posible y se cree más bien que se trata de dos líneas de sangre que evolucionaron juntas. Aunque no dieron a conocer su existencia hasta el siglo XIX, estuvieron protegiendo la Orden Ordo Dracul en secreto durante siglos, como resultado de una promesa que (según ellos) hicieron al que fuera su señor. Los Moroi son grandes luchadores, despiadados y sanguinarios, matan por el placer de la sangre sean cuales sean la edad y características de sus víctimas.